sábado, 22 de agosto de 2015

ISAÍAS. CAPÍTULO 39.

Embajada del rey de Babilonia (2 Re 20,12-19)

391En aquel tiempo, Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y regalos al rey Ezequías cuando se enteró de que se había restablecido de su enfermedad.
2Ezequías se alegró y enseñó a los mensajeros su tesoro: la plata y el oro, los perfumes y ungüentos, toda la vajilla y cuanto había en sus depósitos. No quedó nada en su palacio y en sus dominios que Ezequías no les enseñase.
3Pero el profeta Isaías se presentó al rey Ezequías y le dijo:
-¿Qué ha dicho esa gente y de dónde vienen a visitarte?
Ezequías contestó:
-De una tierra lejana han venido a visitarme: de Babilnia.
4Isaías preguntó:
-¿Qué han visto en tu casa?
Ezequías contestó:
-Han visto toda mi casa; no he dejado de enseñarles nada de mis tesoros.
5Isaías le replicó:
-Escucha la palabra del Señor de los ejércitos:
6Mira: llegarán días en que todo lo que hay en tu casa, cuanto atesoraron tus abuelos hasta hoy, se lo llevarán a Babilonia. No quedará nada, dice el Señor. 7Y a los hijos que de ti salieron, que tú engendraste, se los llevarán a Babilonia para que sirvan como palaciegos del rey.
8Ezequías contestó:
-Es favorable la palabra del Señor que has pronunciado. Pues se decía: Mientras yo viva habrá paz y seguridad.

Explicación.

39,1 Marduk (Merodac) Baladán se había proclamado rey de Babilonia en el 721 con el apoyo del rey de Elam, y desde su reino meridional hostilizaba el imperio de Asiria, promoviendo alianzas y rebeliones. La embajada al rey de Judá no era desinteresada.

39,2 Ezequías responde a la cortesía, con una mezcla de vanidad y de confianza en sus posibilidades de resistir. Era un joven de veinte años.

39,3-4 El profeta se presenta como quien exige cuentas. La respuesta del rey suena vanidosa e ingenua al mismo tiempo. También revela confianza humana en Babilonia, como posible aliado contra Asiria.

39,5-7 Pero la visión profética, la palabra de Dios, superan el horizonte histórico próximo: la imagen del futuro destierro atraviesa sombría el momento actual, empequeñeciendo la amenaza de Asiria.

39,8 Pero el rey no quiere temblar por un futuro remoto que no le tocará, quiere disfrutar de su propio futuro limitado.

        Así termina la composición literaria que contiene los oráculos de Isaías y narra o alude a su actividad profética. Con el tema lejano del destierro babilónico empalma sin dificultad el gran canto de la vuelta que comienza en el capítulo siguiente.

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