viernes, 1 de enero de 2016

EZEQUIEL. CAPÍTULO 1.

VOCACIÓN

Teofanía (Ex 3; Is 6; Ap 4-5)

11El año treinta, quinto de la deportación del rey Jeconías, 2el día cinco del mes cuarto, hallándose entre los deportados, a orillas del río Quebar, se abrieron los cielos y contemplé una visión divina.
3(Vino la palabra del Señor a Ezequiel, hijo de Buzi, sacerdote, en tierra de los caldeos, a orillas del río Quebar)*.
4Entonces se apoyó en mí la mano del Señor, y vi que venía del norte un viento huracanado, una gran nube y un zigzagueo de relámpagos. (Nube nimbada de resplandor, y entre el relámpagueo como el brillo del electro).
5En medio de éstos aparecía la figura de cuatro seres vivientes; 6tenían forma humana, (cuatro rostros) y cuatro alas cada uno.
7[Sus piernas eran rectas y sus pies como pezuñas de novillo; rebrillaban como brilla el bronce bruñido. 8Debajo de las alas tenían brazos humanos por los cuatro costados (tenían rostros y alas los cuatro). 9(Sus alas se juntaban de dos en dos). No se volvían al caminar; caminaban de frente. 10Su rostro tenía esta figura: rostro de hombre, y rostro de león por el lado derecho de los cuatro, rostro de toro por el lado izquierdo de los cuatro, rostro de águila los cuatro].
11Sus alas estaban extendidas hacia arriba; un par de alas se juntaban, otro par de alas les cubría el cuerpo.
12Los cuatro caminaban de frente, avanzaban a favor del viento, sin volverse al caminar.
13Entre esos seres vivientes había como ascuas encendidas (parecían antorchas agitándose entre los vivientes); el fuego brillaba y lanzaba relámpagos. 14(Iban y venían como chispas).
15[Miré y vi en el suelo una rueda al lado de cada uno de los cuatro seres vivientes. 16El aspecto de las ruedas era como el brillo del crisólito; las cuatro tenían la misma apariencia. Su hechura era como si una rueda estuviera encajada dentro de otra, 17para poder rodar en las cuatro direcciones sin tener que girar al rodar. 18Tenían pinas y llantas, y vi que la circunferencia de las cuatro llantas estaba llena de ojos.
19Al caminar los seres vivientes, avanzaban a su lado las ruedas; cuando los seres vivientes se elevaban del suelo, se elevaban también las ruedas; 20avanzaban hacia donde soplaba el viento; las ruedas se elevaban a la vez, porque llevaban el espíritu de los seres vivientes. 21(Y así avanzaban cuando avanzaban ellos), se detenían cuando se detenían ellos (y cuando ellos se elevaban del suelo las ruedas se elevaban a la vez, porque llevaban el espíritu de los seres vivientes)].
22Sobre la cabeza de los seres vivientes había una especie de plataforma, brillante como el cristal (extendida por encima de sus cabezas).
23[Bajo la plataforma, sus alas estaban horizontalmente emparejadas; cada uno se cubría el cuerpo con un par. 24Y oí el rumor de sus alas, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del Todopoderoso, cuando caminaban; griterío de multitudes como estruendo de tropas; cuando se detenían, abatían las alas. 25También se oyó un estruendo sobre la plataforma que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenían, abatían las alas].
26Y por encima de la plataforma, que estaba sobre sus cabezas, había una especie de zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalía una figura que parecía un hombre. 27Y vi un brillo como de electro (algo así como fuego lo enmarcaba) de lo que parecía su cintura para arriba, y de lo que parecía su cintura para abajo vi algo así como fuego. Estaba nimbado de resplandor.
28El resplandor que lo nimbaba era como el arco que aparece en las nubes cuando llueve. Era la apariencia visible de la gloria del Señor. Al contemplarla, caí rostro en tierra, y oír la voz de uno que me hablaba.


Explicación.


1-3 El libro de Ezequiel, como el de Jeremías, se abre como de un informe autobiográfico sobre la vocación: el profeta se presenta y acredita ante el lector, como un día se acreditó ante sus oyentes. El relato se articula en dos piezas con una conclusión: teofanía (1,1-28); vocación y misión (2,1-3,1); conclusión (3,12-15).

1,1-28 Teofanía. Para entender este capítulo, hay que despejar primero el texto original de Ezequiel.

a) El profeta redactó con eficaz concisión su visión impresionante (tipo normal). Una visión en que Dios mismo se manifiesta intriga a teólogos posteriores:

b) No atreviéndose a lo más alto de la visión, especulan sobre la parte inferior, sobre los portadores de la plataforma, y hasta inventan y describen un carro, a imagen del que se usaba en el templo para transportar el arca (entre corchetes). Esas especulaciones penetran primero en el cap.10, cuando la Gloria del Señor abandona el templo, y desde allí pasan al capítulo primero.

c) Otro grupo de autores añade glosas explicativas que penetran en el texto y lo confunden más que aclararlo (entre paréntesis). Es conveniente leer primero el texto original y después adiciones y glosas.

Contexto histórico. El año 593 los habitantes de Judá y Jerusalén tienen un rey y el culto: la casa de David y la casa del Señor. Tienen además la palabra de Dios que resuena en boca de Jeremías. Los desterrados en territorio babilonio no tienen monarquía: su rey, Jeconías, se consume en la cárcel; no tienen culto, el Señor está ausente. Ni tienen un profeta que les anuncie la palabra de Dios. ¿Son todavía pueblo escogido?, ¿volverán a la patria? De repente, el Señor se presenta en el cielo de Babilonia y se escoge un profeta, mensajero de su palabra.

Visión de Ezequiel. La teofanía tiene dimensión cósmica: "se abrieron los cielos", que contrasta con la localización precisa. Una tormenta avanza vertiginosa, y en ella se destacan imágenes que el profeta describe por aproximaciones. Domina lo visual, no se oyen truenos; y, más que las formas, se destaca el fulgor, el esplendor, la luz. Es "la Gloria del Señor": el sacerdote Ezequiel la reconoce y la adora. La luz deslumbrante desdibuja las formas, pero permite distinguir cuaternas: cuatro seres vivientes, cuatro alas, y de abajo arriba, los portadores, la plataforma, el trono, la figura humana.

Reflexiones teológicas. Sus autores son probablemente sacerdotes que habían oficiado en el templo de Jerusalén. Si la plataforma sustenta el trono del Señor, hay que relacionarla con el arca, que llevaba unos querubines sobre la tapa y se trasladaba en carroza procesional. Así pues, los comentaristas se detienen a describir por un lado los querubines de la visión, por otro lado el movimiento de las ruedas del carro; y añaden ruidos a la visión. Ni las patas de los animales ni unas supuestas ruedas interesaban al profeta, ya que en su visión todo venía volando por el cielo, a favor del viento y en silencio. La especulación sacerdotal tenía una intención práctica: dar razón al pueblo del arca desaparecida.

1,1-2 No sabemos el punto de partida de este año "treinta". ¿de la vida del profeta? Es la edad mínima del ministerio sacerdotal, según Nm 4,3.23.30. Menciona a Jeconías como rey legítimo. El río Quebar (=Grande, cfr. Guad-al-quivir) es un afluente del Éufrates o tal vez un canal próximo a Nipur.

"Se abre el cielo": imaginado como bóveda sólida que separa la zona celeste de la terrestre, las aguas superiores de las inferiores (Gn 1,7.11). "Visión divina" equivale a éxtasis, según 8,3 y 40,1-3.

1,3 Glosa: nueva introducción, con fórmula profética. Llama "caldeos" a los babilonios del segundo imperio. "La mano del Señor" se apodera del profeta y lo dirige en su actividad: 3,14.22; 8,1; 33,22; 40,1.

*Los paréntesis y corchetes señalan las adiciones de grado diverso.

1,4 El Norte representa la zona celeste donde habita el Señor: Job 37,22; Is 14,13. En otros textos el Señor viene del Sur: Sal 68: Hab 3,3. La tormenta es con frecuencia la figura que adopta la teofanía. La "nube" revela velando: aquí centra la mirada del profeta. "Electro": aleación metálica famosa por sus reflejos (glosa).

1,5-6 "Cuatro" es número de totalidad cósmica.

1,7-10 Adición. Según Ezequiel, los portadores tenían "figura humana" alada. Los discípulos los identificaron con querubines en el cap.10, y de ahí parte la especulación, que baja del cielo a la tierra... Los querubines de los templos orientales eran seres mitológicos, polimorfos, guardianes de los templos o adoradores de sus divinidades. Los discípulos se los imaginan cuadrimorfos: cara de hombre, alas de águila, cuerpo de león, pezuñas de toro. Después les asignan "cuatro caras" para que caminen siempre "de frente".

1,11-13 Continúa el texto del profeta. Con los pares de alas extendidas forman un cuadro cerrado sustentador. Con las otras alas se cubren en señal de respeto. La articulación de las alas les permite una posición frontal. El "fuego" es también elemento de teofanía, sea relámpago o rayo o un llamear: Sal 50,3; 97,3; Is 30,27-33 etc.

1,13-14 Las antorchas que se agitan son glosa.

1,15-21 Ahora los discípulos identifican, o confunden, la plataforma con la carroza del arca. Esto supuesto tienen que justificar la función de las ruedas y su movilidad en todas direcciones: las ruedas tienen una factura prodigiosa y poseen un "espíritu vital" que les permite la perfecta sincronía de movimientos con los vivientes. Los autores no consiguen describir con coherencia ese tren de despegue y aterrizaje.

1,16 2 Re 2,11; 6,17.

1,22 Sigue el profeta. La plataforma sustenta y separa, a imagen del firmamento celeste.

1,23-25 Nueva adición, que turba el silencio original. El responsable orquesta el estruendo con dos comparaciones clásicas: Sal 93,3s; 65,8; Is 17,12.

1,26-27 Sigue el profeta. La descripción se hace cada vez más aproximativa, por temor y respeto; las comparaciones no buscan precisas, sino difuminar. El personaje entronizado es fuente de replandor, irradia luz y destellos, apenas tiene figura. Véase Ez 24,10.

1,28 La Gloria del Señor va a ser tema clave en la profecía de Ezequiel: abandonará el templo (10) y volverá a él (44). Al principio del libro sale de su morada celeste para visitar a un desterrado en Babilonia. No está confinada por fronteras, puede elegir cualquier territorio. Toda la visión ha discurrido en silencio; finalmente se escucha una voz que se dirige a Ezequiel.

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