viernes, 1 de enero de 2016

EZEQUIEL. CAPÍTULO 23.

Las dos hermanas (Ez 16; Jr 3,6-13; Os 2)

231Me dirigió la palabra el Señor:
2-Hijo de Adán, había dos mujeres
hijas de la misma madre;
3fornicaron en Egipto,
doncellas eran y fornicaron.
Allí tantearon sus pechos,
allí desfloraron su seno virginal.
4Ohlá se llamaba la mayor
y Ohlibá su hermana.
Después fueron mías
y dieron a luz hijos e hijas.
5Ohlá, siendo mía, fornicó
y se enamoró de sus amantes:
6guerreros vestidos de púrpura,
gobernantes y regidores;
todos eran galanes gallardos,
jinetes cabalgando en corceles.
7Y fornicó con ellos, que eran la flor de los asirios;
se contaminó con los ídolos
de todos sus enamorados.
8Pero no dejó de fornicar con los egipcios
que se habían acostado con ella de muchacha,
habían desflorado su seno virginal
y fornicado con ella.
9Por eso la entregué en poder de sus amantes,
en poder de los asirios, sus enamotados.
10Ellos desnudaron sus vegüenzas,
les arrebataron hijos e hijas
y a ella la mataron a espada;
fue la habladuría de las mujeres
por la sentencia que en ella ejecutaron.
13Ohlibá, su hermana, que lo vio,
se envició aún más que ella
y fornicó más que su hermana.
12Se enamoró de los asirios:
gobernantes y regidores,
guerreros de punta en blanco,
jinetes cabalgando en corceles,
galanes gallardos todos ellos.
13Y vi cómo se contaminaba:
las dos iban por el mismo camino.
14Aún fueron a más sus fornicaciones:
vio grabados de hombres en las paredes,
figuras de caldeos pintadas en bermellón,
15ceñidos los lomos con talabartes,
tocadas con turbantes las cabezas,
todos con facha de capitanes,
fiel retrato de los babilonios,
naturales de Caldea,
16y se enamoró de ellos a primera vista
y les envió mensajeros a Caldea.
17Y acudieron a ella los babilonios,
a su lecho de macebía,
contaminándola con sus fornicaciones;
una vez contaminada, se hastió de ellos.
18Descubrió sus fornicaciones
y desnudó sus vergüenzas;
entonces yo me hastié de ella
lo mismo que me había hastiado
de su hermana.
19Todavía acrecentó sus fornicaciones,
añorando su juventud,
cuando se prostituía en Egipto,
10y volvió a enamorarse de sus rufianes,
que tienen sexo de garañones
y esperma de sementales.
21Echaban de menos tu juventud infame,
cuando los egipcios desfloraron tu seno,
seducidos por tus pechos de doncella.
22Por tanto, Ohlibá, esto dice el Señor:
Mira, yo azuzo contra ti a tus amantes,
de los que sentiste hastío;
los traigo contra ti de todas partes;
23a los babilonios y todos los caldeos,
a Pecod y Soá y Coa,
y a todos los asirios con ellos,
galanes y gallardos,
todos gobernantes y regidores,
capitanes y oficiales,
cabalgando en corceles todos ellos.
24Vienen contra ti infantes y jinetes
y carros, multitud de tropas;
te cercan con escudos
y adargas y yelmos;
les encomiendo la justicia
y ejecutarán en ti su sentencia.
25Descargaré sobre ti mi pasión
y te tratarán con rabia;
te cercenarán nariz y orejas
y tu prole caerá a espada;
te arrebatarán hijos e hijas
y el fuego devorará a tu prole.
26Te arrancarán los vestidos
y te arrebatarán las joyas;
27pondré fin a tu infamia
y al meretricio que empezaste en Egipto,
y no volverás
a levantar a ellos los ojos
ni a acordarte de Egipto.
28Porque esto dice el Señor:
MIra, voy a entregarte
en manos de los que aborreces,
en manos de aquellos
de quienes sentiste hastío.
29Te tratarán con odio
y te quitarán cuanto ganaste;
te dejarán desnuda, en cueros,
visibles tus vergüenzas de ramera.
30Esto es lo que te traen
tu infamia y tus prostituciones,
por fornicar con las naciones
y contaminarte con sus ídolos.
31Por seguir el camino de tu hermana,
pongo su copa en tus manos.
32Esto dice el Señor:
Beberás la copa de tu hermana,
ancha y profunda y de gran capacidad.
[Serás la irrisión y el escarnio].
33Te llenarás de embriaguez y bascas,
es copa de espanto y aturdimiento:
la copa de tu hermana Samaría
34La beberás, la apurarás, morderás los cascotes
y te lacerarás los pechos.
Porque so yo quien habla -oráculo del Señor-.
35Por tanto, así dice el Señor:
Por haberte olvidado de mí
y haberme vuelto las espaldas,
carga también tú con tu infamia
y tus fornicaciones.
36El Señor me dijo:
-Juzga a Ohlá y a Ohlibá,
acusándolas de sus abominaciones.
37Porque cometieron adulterio
y hay sangre en sus manos,
cometieron adulterio con sus ídolos;
y hasta a sus propios hijos,
los que dieron a luz para mí,
se los inmolaron, para que comieran.
38Algo más hicieron:
profanaron mi santuario
y violaron mis sábados.
39Después de degollar a sus hijos
en honor a sus ídolos,
entraron en mi santuario profanándolo.
Ahí tienes lo que hicieron dentro de mi casa.
40Y mandaban también recado
a hombres que venían de lejos,
les mandaban mensajeros
y en seguida acudían;
para ellos te bañabas, te pintabas los ojos
y te engalanabas con joyas.
41Te sentabas en un diván acolchado
delante de una mesa aparejada
y les ofrecías mi perfume y mi incienso.
42Una chusma bullanguera se solazaba con ella,
eran muchedumbre, hombres bebedores
traídos del desierto;
le ponían pulseras en los brazos
y diademas de lujo en la cabeza.
43................................................................*
44Acudían a ella
como quien acude a una prostituta;
así acudían a Ohlá y a Ohlibá,
hembras depravadas.
45Pero varones justos las juzgarán
aplicándoles las penas
de las adúlteras y de las homicidas,
porque adúlteras son
y hay sangre en sus manos.
46Pues esto dice el Señor:
traerán gente contra ellas
que se ensañen con ellas y las despojen.
47La gente las apedreará
y las cortará con sus espadas;
matarán a sus hijos e hijas
y prenderán fuego a sus casas.
48Así pondré fin a la infamia de esta tierra
y escarmentarán todas las mujeres
y no imitarán vuestras infamias.
40Os darán el merecido de vuestra infamia
y cargaréis con vuestros pecados de idolatría,
y sabréis que yo soy el Señor.

Explicación.

23,1-34 Ezequiel se continúa a sí mismo añadiendo una segunda alegoría histórica a la del cap. 16. Elementos comunes fundamentales son: historia estilizada del pueblo, imagen matrimonial, desarrollo alegórico. A la joven del cap. 16 sustituyen aquí dos hermanas casadas con el mismo marido, las dos infieles. La imagen se salta la prohibición de Lv 18,18, para inspirarse en venerables ejemplos patriarcales, como las hermanas Raquel y Lía, esposas de Jacob, matriarcas de Israel. Las dos hermanas de la alegoría son los dos reinos, de Israel y de Judá. Ezequiel, con más audacia que objetividad, las descubre ya en Egipto. Los nombres son intencionados: leyendo las letras finales como sufijos posesivos, resulta: Ohlah = Tienda de ella (el santuario cismático de Samaría); Ohlibah = Mi tienda en ella (el santuario de Jerusalén).

Mientras en el cap. 16 la infidelidad era la idolatría, aquí es la política cambiante y acomodaticia de pactos con la potencia de turno; de los cuales se sigue naturalmente la importación de sus dioses y cultos. El lenguaje es crudo, inspirado por la pasión.

23,2 En contexto de poligamia, que sean de la misma madre hay que decirlo; que sean del mismo padre, se sobrentiende.

23,3 Mientras el Éxodo nos relata una situación de conflicto entre los emigrantes hebreos y el poder de Egipto, Ezequiel supone una etapa de relaciones fáciles. y no aclara que se refiera a una época anterior a la opresión. La joven que antes de casarse pierde voluntariamente la virginidad tiene pena de muerte según Dt 22,21. Ese dato subraya la total indignidad de las jóvenes y la elección gratuita de Dios, que lo sabe y a pesar de todo las toma por esposas.

23,5-10 El reino de Israel se siente atraído por el poder militar de Asiria, pero sin comprometerse del todo; al mismo tiempo se apoya en Egipto para protegerse de la excesiva agresividad de Asiria, con lo cual logra sólo provocar al soberano y acarrea la ruina; véanse 2 Re 17 y las alusiones de Os 7,11; 8,9; 12,2.

23,11-21 El delito de la segunda hermana es semejante, con agravantes; por no haber escarmentado, por añadir un tercer amante. En términos humanos, Judá podía haber aprendido cautela política en las relaciones con las potencias; en términos religiosos, pudo haber comprendido la gravedad y las consecuencias de ser infiel al Señor.

Sus tratos con los asirios se remontan a los tiempos de Oseas e Isaías. Sus tratos con Egipto son recientes, cuando ya era vasallo de Babilonia.

23,14 Corresponde a los relieves artísticos babilonios.

23,20 Hubo un príncipe en Siquén que llevaba el nombre o título (honorífico) de Asno: Gn 34.

23,22 Los últimos amantes abandonados ejecutarán el castigo. Lo que antes los hacía atrayentes, ahora los vuelve terribles.

23,23 Babilonios eran la población nativa, caldeos eran los invasores ya asentados. Los otros tres nombres se prestan a paronomasias ominosas: Pecod suena a sanción, Soá a grito, Coa a hastiarse. Asirios serían mercenarios en el ejército babilonio.

23,24 "Les encomiendo la justicia": compárese con Sal 72,1 dicho del monarca judío. 

23,25 La mutilación estaba prevista en la legislación babilonia.

23,28-30 Repiten prosaicamente lo ya amplificado. Quizá sea adición.

23,31-34 El rito de la copa de castigo se lee en Jr 25,19-25. No parece que se trate de veneno (como la cicuta griega), sino de una bebida embriagante y letárgica suministrada a los condenados. Ezequiel se complace en describir la pena.

23,35-49 A pesar de semejanzas y repeticiones, estos versos son ajenos al cuadro precedente. Las dos hermanas sólo sirven como sujeto de verbos en plural; no hay relación dialéctica entre las dos. Los delitos desbordan las alianzas políticas. Queda el tema de la licencia sexual y sus consecuencias.

23,35 La expresión es inusitada. "haberme arrojado a tu espalda".

23,37 Explica el sentido de adulterio y homicidio.

23,40 Hay que notar en esta sección los verbos en singular.

23,41 Es agravante que incienso y perfume sean del Señor: Os 2,15.

23,43 * Ininteligible.

23,45 Ezequiel actúa de fiscal, hombres justos actuarán de jueces: cfr. Is 5,1-7.

23,48 Las otras mujeres son capitales o poblaciones de otras naciones. 


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